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Tipos de Inmovilizaciones

Técnicos de radioterapia preparando al paciente para sesión

Desde hace ya un mes, y hasta marzo, en el Centro Cultural Fernando Fernán Gómez hay instalada una exposición interesantísima sobre uno de los barcos más famosos que ha dado la historia. En 1912, el RMS Titanic, partía de Southampton con destino a Nueva York. En el camino, y por el ansía del capitán de hacer la travesía más corta entre esos dos puntos que el hombre había visto hasta ahora, el barco que bautizaron como insumergible se topó con una masa de hielo que acabó con su viaje y con el casco de la embarcación en el lecho marino. El poder de un iceberg no reside tanto en el hielo que sobresale de la superficie, sino en lo que hay debajo del agua, esa extensión de hielo que no se ve pero que puede tener una fuerza grandiosa. En algunas disciplinas se dan situaciones parecidas a un iceberg, hay tareas que se ven más que otras, cuando las que no gozan de la publicidad son casi más importantes que las primeras. Por ejemplo, las personas que han realizado del Curso de Tecnico Superior en Raditerapia en Madrid, saben que la publicidad de sus actos es la aplicación de la radiación directamente en el tumor de turno.

Sin embargo, hay, subyacente a esta labor, otras muchas maniobras que realizan, que pasan mucho más desapercibidas, y que tienen una gran influencia en cómo recibe el enfermo su tratamiento, así como de la calidad que este sea. Hoy, desde este blog, queremos prestar atención a un aspecto que pocas veces se tiene en cuenta cuando se habla de Radioterapia, la inmovilización del paciente, pues de ella depende que la radiación propiamente dicha ataque de la forma más eficiente posible a las células cancerígenas.

Los sistemas de inmovilización para la adecuada aplicación de la radiación deben contar con una serie de requisitos básicos que el Técnico Superior en Radioterapia debe conocer. Evidentemente, el primero de ellos es que debe adaptarse como un guante a la anatomía del paciente, y además tienen que ser cómodos para no añadir molestias innecesarias al receptor de la terapia. Necesariamente tendrán que ser fáciles y rápidos de preparar. Pero sobre todo, y esta es la característica más importante, no deben ser causa de modificación de la zona a irradiar.

Bajo estas características son numerosos los recursos para inmovilizar que están a mano del personal sanitario. Desde un esparadrapo a un plano inclinado, pasando por cinchas, almohadas o bloques de plomo, pueden ayudar a que la quietud del paciente sea lo más absoluta posible a la hora de aplicar el tratamiento. Sin embargo, hay dos técnicas de inmovilizado que son más específicas para asegurarnos, bien porque la radiación se va a aplicar en una zona anatómicamente complicada o por que el paciente no es capaz de controlar sus movimientos, que la inmovilización queda garantizada. Una de estas técnicas es la denominada como “cuna alfa”. Esta no es más que la fabricación casera de un molde del cuerpo del enfermo a base de combinar dos componentes, un polímero y un monómero, de modo que al mezclarlos dentro de una bolsa de plástico grande, sobre la cual se colocará al paciente, se generará una espuma, que se adaptará al contorno corporal de este, que al endurecerse conformará el molde de inmovilización. La otra medida de inmovilización especializada es la mascarilla termoplástica. Como su propio nombre indica, se basa en la creación, mediante la aplicación de unas hojas termoplásticas, nunca antes de proteger con una malla la piel y el pelo del paciente, de una máscara que asegura la sujeción e inmovilización de la cabeza y cuello del enfermo para aplicar la Radioterapia a esa zona anatómica. La imagen que acompaña a este texto muestra una de estas mascarillas.

En ITEP, nos aseguramos de formar al Técnico Superior en Radioterapia más completo posible, de modo que domine todo lo referente al campo integral de su trabajo.

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