¿Qué es el FPI?

Desde tiempos inmemoriales, siempre ha estado presente, en los ratos de ocio, y como veremos no tan de ocio, de las distintas sociedades el juego del ajedrez. Descendiente directo del chaturanga, un pretérito ajedrez ideado para cuatro personas, del imperio sumerio, hasta nuestros días, el tablero de 64 casillas blancas y negras y las 16 fichas han conquistado los corazones y el afán competitivo de las mayores mentes de los distintos episodios históricos. Hasta tal punto llega la influencia de este juego que en determinadas facultades de ciencias políticas se recomienda su práctica como método del desarrollo del pensamiento analítico y la estrategia. En un juego en el que la linealidad es la constante, dentro de los millones de combinaciones de movimientos que presenta, es una sola ficha la que rompe esa rutina. El caballo, en su movimiento en L es capaz de cambiar por sí solo el devenir de una partida presentando alternativas desconocidas que puedan traer consigo un resultado diferente de lo esperado. Esta capacidad de marcar la diferencia en lo establecido permite que identifiquemos estas ventajas con el trabajo, en según qué campos, de las personas que han realizado el Curso de Técnico Superior en Imagen para del Diagnóstico en Madrid, por ejemplo.
En las últimas dos décadas, muchos ámbitos de la sanidad han visto como su desarrollo crecía exponencialmente y les hacía tener una incidencia en muchas más situaciones de las que, inicialmente, podían abarcar. Uno de los ejemplos más palmarios de esta situación es la del Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico. Las evidentes mejoras tecnológicas que han ido surgiendo en el equipamiento, con la mejoría en cuanto a resolución y concreción de imagen fundamentalmente, unido a una formación cada vez más completa de los profesionales que hacen uso de esa tecnología hacen de esta disciplina un auténtico caballo de batalla en el tratamiento de problemas de salud como el FPI, antes mucho más complicado de diagnosticar.
La Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI) es una de esas enfermedades que ha sido testigo de la utilidad de la imagen diagnóstica, en tanto en cuanto a la localización y determinación de la extensión del problema, frente a métodos más anticuados y con una tasa de exactitud muy por debajo de los estándares que hoy manejamos como habituales. Con anterioridad, esta enfermedad se trataba de diagnosticar mediante el uso de una mera radiografía y en base a ella, mediante índices subjetivos, el médico trataba de emitir un juicio. Hoy en día, mediante la tomografía computarizada de alta resolución (TCAR), este proceso se ha hecho mucho menos subjetivo y sí más definitivo. Mediante esta prueba, no sólo se puede establecer la existencia de la enfermedad en estadios mucho más iniciales, sino que además se puede hacer un diagnóstico veraz y concreto del porcentaje de afectación, por la FPI, que presenta un caso concreto. La posibilidad de brindar una información tan exacta y apoyada en criterios tan objetivos como la observación directa, repercute, como no podía ser de otra manera, en el abordaje de la enfermedad de una manera más certera y eficiente.
Este escenario de identificación y diagnóstico temprano de problemas de salud como la FPI sólo se puede dar si la tecnología brinda la oportunidad y si las manos expertas de profesionales cualificados saben cómo hacer su trabajo. Por eso mismo en ITEP nos esforzamos por dotar de unos cimientos teóricos sólidos, a las personas que nos eligen para formarse como Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico, además de hacerles conocer, desde el primer momento, cada uno de los vericuetos de su futura profesión mediante la inmersión en la misma con prácticas, tanto dentro como fuera del aula, para una preparación integral.