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Intolerancia a la lactosa en niños

Dos vasos de leche y jarra metálica

Cada vez es mayor la población infantil afectada por el consumo de la leche y sus derivados. Se ha demostrado que algunos menores presentan distensión abdominal, gases, vómitos o náuseas después de tomar algún producto lácteo. La intolerancia a la lactosa en los niños es bastante frecuente, por lo tanto, si te interesa estudiar un Grado Superior en Dietética a distancia, este tema te va a interesar.

Esta intolerancia, que se caracteriza por ser un trastorno frecuente en la infancia, tiene mayor incidencia en algunas razas. Por ejemplo, es mucho más habitual en los americanos nativos, asiáticos y negros africanos. El problema se presenta en el déficit primario de lactasa, que bien puede ser por razones congénitas o por hipolactasia, si el niño es prematuro.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

Es muy conveniente aclarar que la lactosa se trata de un tipo de azúcar presente en la leche y sus derivados. En realidad, no es una alergia, como algunas personas creen. La intolerancia aparece cuando el intestino delgado no produce la cantidad suficiente de la enzima, denominada lactasa, lo que dificulta la digestión. 

La lactasa está ubicada en el intestino delgado, cuando se ingiere, la lactosa se descompone en azúcares simples: glucosa y galactosa. Sin embargo, si hay una pérdida o disminución de esta enzima, es mucho más compleja esta absorción y esto produce la intolerancia.

La lactosa se encuentra en muchos de los alimentos que más gustan a la mayoría de los niños, como pueden ser los batidos, el yogur o el helado. La lista es bastante extensa e incluye muchos tipos de cereales, pan y productos en conserva. Para despejar dudas, la persona puede consultar los ingredientes en las etiquetas nutricionales y fijarse si aparecen: leche o leche en polvo, lactosa, derivados de la leche, suero lácteo, cuajadas, etc.

¿Cómo afecta la intolerancia a la lactosa a los niños?

Los niños con intolerancia a la lactosa manifiestan su malestar media hora después de ingerir este producto lácteo. Distensión, dolor abdominal, eructos, náuseas, flatulencias, vómitos o diarrea son algunos de los síntomas más frecuentes. Si bien es cierto, que muchos de estos problemas son temporales y desaparecen con la recuperación de la mucosa intestinal.

En muchas ocasiones, el pediatra recomienda retirar los productos lácteos o derivados, si el niño muestra algunos de estos síntomas. Sin embargo, si toma pequeñas cantidades y se encuentra bien, posiblemente no será necesario retirarlos, sino llevar una dieta algo más estricta. En cualquiera de los casos, lo mejor es ponerse en manos de un buen nutricionista para hacer un diagnóstico correcto.

En el niño celíaco es necesario hacer una valoración médica por parte de un especialista en gastroenterología para ver si hay que retirar el gluten de manera definitiva de la dieta. Lo mismo ocurre cuando hay una intolerancia con la lactosa, lo mejor es hacer un estudio para obtener un informe completo.

¿Qué se debe hacer cuando se detecta intolerancia a la lactosa en niños?

Cuando los progenitores sospechan que puede haber una intolerancia a la lactosa, lo primero que tienen que hacer es ponerse en contacto con su médico para confirmar o descartar dicho diagnóstico. El pediatra podría llegar a realizar alguna de las siguientes pruebas:

  • Hidrógeno en aliento. El niño tomará líquidos con alto niveles de lactosa para medir el nivel de hidrógeno en el aliento, si se exhala demasiado hidrógeno, esto quiere decir que no se dirige ni absorbe la lactosa.
  • Prueba de tolerancia a la lactosa. Dos horas después de tomar una bebida con altos niveles de lactosa, se hará un análisis de sangre para medir la glucosa del torrente sanguíneo. Si el nivel no se eleva, esto indica que el cuerpo no tiene la suficiente capacidad de absorción.

El pediatra podría limitar el consumo de productos lácteos, incluir pequeñas porciones en las comidas habituales o añadir la enzima de lactasa en líquido o en polvo en la leche. Asimismo, cabe indicar que la intolerancia no es muy habitual en los bebés, más bien, cuando el niño tiene tres años de edad en adelante.

En conclusión, este tema y otros similares son de gran interés para los estudiantes de un Grado Superior en Dietética en FP. En este ciclo formativo se obtiene la formación necesaria para que el profesional pueda trabajar en el ámbito de la salud pública y privada. Es una profesión con muchas oportunidades laborales, que necesita de especialistas capacitados para dar respuesta a este tipo de problemática social.

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